Los ministros de transporte de Alemania, Italia, la República Checa, Polonia, Portugal, Rumania, Hungría y Eslovaquia discutieron el lunes su impulso para cambiar los siete límites de emisiones propuestos por la UE.
La ley Euro 7, que los países de la UE y los legisladores comenzarán a negociar este año, endurecerá las restricciones sobre los contaminantes nocivos para la salud, incluidos los óxidos de nitrógeno. La UE dijo que los beneficios para la salud superarían con creces los costos.
Pero los países, incluida la República Checa, se oponen a las reglas propuestas que, según dicen, son una carga para la industria. La mayoría de ellos tienen grandes sectores de fabricación de automóviles.
Un funcionario de la UE dijo que los ministros discutieron plazos “poco realistas” para la ley y cuestiones relacionadas con el equipo necesario para implementarla.
“Nuestros esfuerzos en el área Euro 7 son para que estas condiciones sean realmente realistas y factibles”, dijo el ministro checo de Transporte, Martin Kupka, después de la reunión de Estrasburgo en Estrasburgo.
La República Checa dijo que los países tienen reservas sobre el corto período de adopción de Euro 7, que según las propuestas debería entrar en vigor a mediados de 2025 para los automóviles.
Ha propuesto un período de cuatro años para que la regulación entre en vigor, junto con algunos cambios técnicos, para dar tiempo a la industria para preparar y mejorar las medidas tecnológicas.
“Si realmente queremos empujar a Europa hacia una mayor neutralidad de carbono, creo que eso realmente significa tomar medidas desde un punto de vista tecnológico”, dijo Kupka.
Bloqueo del motor
Los países también han debatido por separado un desacuerdo sobre la fecha límite de 2035 de la Unión Europea para eliminar gradualmente los automóviles que emiten dióxido de carbono, lo que haría imposible vender nuevos automóviles con motor de combustión después de 2035.
Alemania, respaldada por países como Italia y la República Checa, quiere garantías más claras de que los autos nuevos con motores de combustión interna aún se pueden vender después de 2035, si funcionan con combustibles neutros en dióxido de carbono, como el combustible electrónico.